Aunque ya terminó la guerra interna en Guatemala aun persiste el terror
La capital, Mixco y Chiquimula, son los lugares más riesgosos .
Por: Mirja De León
De acuerdo con el informe sobre la situación de Derechos Humanos y Hechos de Violencia presentado por el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), la situación actual del país es igual o peor a la que se vivió durante el Conflicto Armado Interno.
Estas declaraciones se sostienen de acuerdo a estudios realizados cada trimestre durante de año, donde consta que las persecuciones, desapariciones forzadas y asesinatos continúan.
Hasta marzo del presente años el número de muertes violentas equivale a 1,038 de las cuales 892 son hombres, 136 mujeres, 8 niños y 2 niñas, colocando a marzo como el mes más violento de 2009, época en que se reportaron 344 víctimas.
Mario Polanco, director del GAM señaló que desde 2006 la violencia se posicionó con mayor énfasis en el país, por lo que considera necesario que la Policía Nacional Civil (PNC), trabaje en conjunto y que se realicen operativos permanentes, principalmente en las zonas más vulnerables.
Denunciar, sancionar y devastar definitivamente a los funcionarios públicos que se vean involucrados en hechos violentos y corruptos así como mejorar el sistema del Ministerio Público para proteger a quienes se atreven a denunciar, es otra de las recomendaciones del líder de la sociedad civil guatemalteca.
Ante la deficiencia de la PNC para resolver los problemas de inseguridad, Polanco agregó que dicha institución debe solicitar incremento presupuestario, o por lo menos utilizar eficazmente el asignado, refiriéndose a los Q275 millones que fueron Transferidos al Consejo de Cohesión Social, dirigido por la esposa del presidente, Sandra Torres de Colom.
¿Sin asesinatos…?
Aunque parezca mentira en Guatemala ocurren linchamientos, secuestros, persecuciones, torturas y desapariciones forzadas, sin embargo aún existen lugares donde no ocurren muertes violentas, tales como los municipios de San Raymundo, San Pedro Ayampuc y los departamentos de Totonicapán, Sololá y Baja Verapaz. Vale la pena destacar que esto obedece a la pasividad de los pobladores y no a la intervención de la Policía Nacional Civil.